Noviembre 15 de 1833
Francisco Palau pronunció sus votos solemnes el 15 de noviembre de 1833, en un momento en que España barruntaba un desenlace trágico de los acontecimientos y las órdenes religiosas revivían días de persecución y dolor.
Muy conciente era el novicio de Aytona del acto que realizaba y de las consecuencias que, seguramente, tendría que abrazar, derivadas de su entrega. Muy afortunadas son las palabras de Francisco Palau que nos dan a conocer sus sentimientos en momento tan trascendental de su vida: "Cuando hice mi profesión religiosa la revolución tenía ya en su mano la tea incendiaria para abrasar todos los establecimientos religiosos y el temible puñal para asesinar a los individuos refugiados en ellos. No ignoraba yo el peligro apremiante a que me exponía, ni las reglas de previsión para sustraerme a él; me comprometí, sin embargo, con votos solemnes a un estado, cuyas reglas creía poder practicar hasta la muerte, independiente de todo humano acontecimiento. Para vivir en el Carmen sólo necesitaba de una cosa que es la vocación". (Positio, p.45 - 46).