Día 10, julio 1866.
Vedrá.
Las criaturas susurran mientras Palau escucha en silencio y aguarda. Considera su comunión con la Iglesia y proyecta ahondar en ella. Percibe que su Amada le va transformando a su propia imagen. ¡Qué suerte!. Hallazgo y promesa cierran el diálogo: No te dejaré. Eres objeto de mi amor. Te amo con el amor con que me amo a mí misma. Eres todo mío. Palau, feliz, registra el acontecimiento.