Barcelona, 18 mayo, 1852
A D. Pedro Cirilo Uriz y Labayru, obispo de Lérida.
Se dirige al obispo en defensa propia. Las acusaciones son graves. Poco ha, le ha suprimido los grupos femeninos de Lérida y Aitona, con lo cual ha expuesto a sus seguidoras a la mofa pública. Una petición se le escapa: Si no nos quiere proteger, al menos, sea mero espectador…No se pronuncie en contra, antes de conocer nuestra causa. Formidable síntesis de respeto y valentía, la de Palau.