Diciembre 24

Navidad de 1864: sus vigilias. Cueva de Santa Cruz                 


Abatido por el sentimiento de culpa Palau se dirige a su Amada: Veo, dentro de mí…potencia para ofenderte, libertad para contrariarte y hacer la mía. Esto es lo que me espanta…Tú no me abandonarás y está mi esperanza, en mi dicha futura, pendiente de tu palabra. Y más que pedir, Palau grita: Sálvame contra mi propia voluntad.

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