Diciembre 9, 1869
La noche es bella como la naturaleza. Yo estaba sólo sobre la cima de este monte –añade el ermitaño-. Mi sombra noticiera se encontraba en Roma y vino a media noche. Cargada de información. A la luz del día ha observado a participantes y preparativos del concilio. Ahora es de noche y en ella la mirada del ermitaño se afina. Descubre, en todo ello, la figura de la Iglesia. De lo mejor de sí mismo le aflora un: Creo en Ti.