22 Diciembre, 1870
En lo religioso, las naciones se solidarizan con la apostasía de sus reyes –susurra el ermitaño-. El Papa se encuentra prisionero en el Vaticano. Los obispos sometidos a los gobiernos de sus respectivos países. La Iglesia, atacada. Y ahora ¿qué nos aguarda? -se interroga-. Que el mal sea descubierto y combatido por la fe. El Señor Jesús acabará con él. ¡Qué gozo!. La esperanza del ermitaño sube enteros.