Noviembre 26

26 noviembre, 1868

La sombra del ermitaño se traslada al Vaticano. Sobre el trono pontifical descubre a una mujer. La rodean los príncipes gobernantes. Era tanta su gloria y belleza que no podía contemplarla el ojo mortal. Sorprendía verla tan segura rodeada de enemigos. Ella confía sus proyectos a la sombra: Me levantaré y fijaré mi trono en las cárceles, tribunales, cadalsos. Concreta la predilección de Dios por los menesterosos.

Hora en el mundo