Vedrá (Ibiza), 24 julio, 1857
A Juana Gratias en Gramat (Francia).
Palau escribe su primera carta desde el Vedrá: lugar emblemático. En este islote Dios me ha preparado una soledad, en una posición tan agradable a mi espíritu, que no me hubiera atrevido a desear otra mejor…Ya, lo tengo todo. La carta es hoja de ruta en el recorrido espiritual de la receptora. Él cuidará de ella. Le invita a ser, desde la oración, mediadora entre Dios y los hombres.