Marzo 30


Marzo 30 de 1871

Dios es el núcleo sobre el que reflexiona el ermitaño. Muchos lo han negado, pero en situaciones difíciles, lo invocan. Prueba incontestable de que esa gran verdad no se puede borrar. El mundo, contingente, la incomparable belleza del universo, la tendencia de la humanidad, de todos los tiempos, que ha intuido un ser superior, lo avalan. Dios eterno es la causa de toda existencia -concluye-.

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