Marzo 28


Marzo 28 de  1872

¡El P. Palau ha muerto!. Es la noticia que ocupa la primera página del Ermitaño. Hoy, quieren agradecer el servicio realizado por el sabio, celoso fundador y director del semanario. ¿Quién era el P. Palau? -se preguntan-. Un virtuoso sacerdote. Diligente apóstol, consagró su preciosa existencia al bien de su entorno. Ilustre hijo del Carmelo, las convulsiones políticas lo arrojaron de su claustro. Pasaba las mejores horas de su existencia en soledad, dedicado a orar, a estudiar la S. Escritura, a meditar los misterios de la Iglesia. Allí, escribía. Era un profeta, también: detectaba el futuro y desenmascaraba numerosas astucias. Las denunciaba si dañaban a sus semejantes. El Ermitaño supuso una excepcional plataforma para su misión. Y concluye: el P. Palau ha muerto como ha vivido, como mueren los justos.

Hora en el mundo