Marzo 15


La mañana del 15, marzo 1866. 

Bajo las peñas de Corbera
 
 Partiendo de misión, había dejado las hijas de Dios entre las garras de los príncipes de los demonios, que sostenían la batalla seis meses había. Aprovechando mi ausencia, volvieron sus furias contra las energúmenas. Una de ellas, donde residía una de las cabezas serpentinas que llevan corona, la volvió ciega, muda y sorda; y otro príncipe, cabeza también coronada, la hizo sorda, muda y paralítica. Mi cuidado, mi pena, mi solicitud era muy grande; y yo estaba noche y día atento en esta batalla, y la pena me conducía a la oración y a la soledad. 

El 15 por la mañana, libre del confesonario, me retiré a esconderme entre las peñas de Corbera para sostener en la oración la batalla. Deseaba yo saber la causa por qué estos demonios se sostenían con tanta obstinación. Y llevado de este espíritu a la soledad, al salir del pueblo sentí a mi lado la presencia de una Joven guerrera, y sentí también la presencia de los príncipes de su reino que la seguían, y me dijo: – Ven conmigo, valiente. – ¿A dónde vamos? – Al combate. Ya que has sido y te mantienes fiel a tu Esposa, yo te manifestaré ahora lo que deseas y te importa conocer.

Hora en el mundo