Septiembre 4



Domingo 4 de septiembre de 1853


Mañana la Escuela tendrá sus acostumbrados ejercicios, a las seis y media de la tarde, en la parroquial de San José en Santa Mónica.

La lección, que corresponde a este día, versa directamente sobre los vicios opuestos a la virtud de la esperanza. Llámanse estos dos vicios presunción y desesperación. Estos dos extremos,

pues que ambos distan igualmente de la virtud que está en su justo medio, conducen irremisiblemente a la perdición eterna. Engañado el presumido por sí mismo, cuando se forja un

Dios tan misericordioso que no se acuerda de su justicia, muere de la misma suerte que el desesperado cuando, exacerbada su mente con la idea de un Dios tan inexorable que jamás conoció la misericordia, se hunde, por decirlo así, en el principio de una duda y de un terror que torturan sus días temporales, y también aquel inmenso día de la eternidad.





Hora en el mundo