24 julio 1857.
A Juana Gratias, Gramat (Francia)
Palau se encuentra en el Vedrá. Ésta es la primera carta escrita desde aquel "Sinaí palutiano". Y para el Vedrá va su primer elogio: En este islote, Dios me ha preparado una soledad para mi espíritu que no me hubiera atrevido a desear ni pedir otra mejor.
Palau toma la pluma después de un retiro para comunicar a su fiel colaboradora las luces recibidas de Dios.
La organiza en dos secciones: Posición exterior e interior. Él cuidará estos aspectos de Juana:
Hace cuatro días que vivo en estas peñas solo. Encontré la grande cueva donde estaba el agua, y una gotera sola me da bastante para mi consumo....
En este islote Dios me ha preparado una soledad en una posición tan agradable a mi espíritu que no me hubiera atrevido a desear ni pedir otra mejor. Habiendo aquí agua y los hermanos para venir de cuando en cuando, lo tengo ya todo...
Como el objeto de mi retiro es ordenar mis cosas y las de los que dirijo según Dios, tomo ahora la pluma para comunicarte los sentimientos y luces que el Señor se ha servido darme…
